jueves, 29 de noviembre de 2007

Carta a Jime II

Querida Jime:
Finalmente, la Murci se fue de la empresa. No sin antes comentar a los gritos pelados que se iba a una empresa mejor, que le iban a pagar el doble, y que si fuera por ella ya se hubiera ido de esta oficina pero que no podía (y realmente no se por qué…). De más está decir que durante lo que le quedaba de estadía en esta empresa no solo no ordenó su escritorio, no llamó a los clientes que le quedaban, y no se preocupó por terminar todos lo que le quedaba pendiente, sino que se calzó el mp4, se puso a escuchar la radio y exprimió el msn como si se cumplieran las profecías de que se iba a volver pago y no lo pudiera utilizar nunca mas.
Te juro que nunca sentí tanta indignación como ese día. Ni siquiera el día que te fuiste. Sentí que la persona que agradeció tanto el haberla tenido en cuenta para cubrir tu puesto cuando quedó libre se había olvidado de todo eso y ahora lo único que quería era vengarse de mi, por una situación que ni siquiera yo se de que se trataba. Me insultó, ¿te conté? Mencionó que tuvo que ir al médico por la tensión que “ciertas personas” le ocasionaban y por la “mala onda” que se respiraba en el ambiente. Vos me conocés, y sabés que no soy una mala persona. No creo ser tan jodida para generar esa “tensión” que lleve a una persona a tener que ir al médico… igualmente, uno no puede evitar que estas situaciones lo afecten, porque lamentablemente los escritorios están demasiado cerca como para evitar escuchar esos comentarios…
El lunes fue el último día que “””trabajó”””. Antes de irse, mandó un mail a todos sus allegados para despedirse y agradecerles por todo lo que le dieron en su estadía por esta empresa. Obviamente, entre esas personas no estaba yo, pero los que me conocen y saben de todo este circo me lo reenviaron. No decía nada malo ni que tuviera que ver conmigo cosa que me tranquilizó, ya que soy de perfil bajo y no me interesaba que los pocos que no se habían enterado de esta pelea se enterasen ahora, en medio de una escena dramática en la cual yo quedaba como la basura que había provocado que ella tuviera que retirarse.
Decidí quedarme hasta el ultimo momento que se fuera, para defenderme en caso de que esos rumores de venganza se hicieran realidad, y a media hora de su partida, me fui a comer, dándome cuenta que lo mejor que podía hacer era huir cobardemente de esa situación y evitar un mal momento para mi, para ella y para los que nos rodeaban. Porque estoy segura de que si me hubiera quedado, ella ALGO hubiera hecho. Agradezco haber actuado como una cagona!
Hoy comenzó a trabajar la chica nueva. Es increíble como cambió el aire que se respira. Como las mañanas son mas amenas. Como nos unimos para ser un grupo sin jerarquías ni distinción entre puestos…

No hay mal que por bien no venga, dicen…

Saludos!
Yasmin.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Carta a Jime I

Querida Jime:
Te escribo para contarte las novedades que tengo de acá de la oficina…
A que no sabés quien es va? La murciélago! Esa persona con aspecto de animal que ocupó tu puesto cuando te fuiste. "Murci" había armado tanto quilombo cuando te ascendieron a vos, ¿te acordás? que cuando te fuiste, decidimos ascenderla a ella, ya que siempre se consideró capaz de hacer el trabajo de BackOffice a la perfección… y bueh, nos equivocamos. Salvo que consideremos que el trabajo de BackOffice consiste en chatear por msn con la mayor cantidad de gente que tengas en tu lista, u organizar toda la semana la salida del viernes y sábado a la noche, o desparramar la mayor cantidad de ese veneno que se genera en su interior con el fin de armar bardo donde no existe… quizás para sentirse un poco mas “importante” dentro de la oficina ...
Uno tolera muchas cosas en su rutina laboral diaria, pero cuando pareciera como que lo ponen a prueba a uno para ver hasta donde aguanta, el hilo en algún momento se rompe. Es ahí, en donde yo hice uso del poco “poder” que puedo tener sobre ella y empecé a pedirle que hiciera bien su trabajo, porque después de todo vos sabés como es el jefe… todo lo que vea mal en el sector es mi exclusiva responsabilidad, aunque tenga que ver con el trabajo de otra persona. Después de todo, termina siendo mi deber el velar porque las chicas del sector hagan bien el trabajo. Y Murci empezó a tomarse esta “puesta en vereda” como un acto de abuso de poder, o de control excesivo, y se ofendió. Y comenzó a desparramar el rumor de que yo era una persona violenta, y que la trataba mal. Pobre. Igualmente, vos sabés que yo no soy así. Como lo sabe la gente que trabaja acá. Por eso me quedo tranquila que ese rumor no va a cambiar la opinión que tienen las personas sobre mí, pero no deja de molestarme que destile veneno por cada sector de la empresa que pisa por última vez.
Según ella, consiguió un trabajo mejor. Buenísimo. Pero ¿por qué no se va ahora?... como te fuiste vos, de un momento para el otro, sin despedirte… sin que podamos comprar facturas para desearte suerte y festejar con vos este cambio… No, ella se queda. Se queda hasta el martes, porque quiere despedirse lentamente, dejando huellas de su paso por esta empresa. No se va a ir hasta que consiga “vengarse”. Hasta que llore las miserias que pasó en este trabajo, haciendo entender a todos que se “tuvo que ir” por lo mal que yo le hacía.
Estoy convencida de que este cambio es para bien. Que ahora si, las cosas van a cambiar. Pero decime, ¿cómo aguanto esta mala onda hasta que se vaya definitivamente? ¿hará algo contra mí antes de irse?
La verdad que lamento que te hayas tenido que ir de la empresa, con vos trabajaba tan bien…me divertía tanto… y aparte sabías cómo había que laburar bien.
Hay que aprender que quien hace mas bullicio demostrando a los demás que es mejor que lo que es realmente, termina decepcionándonos y perjudicándonos también. Hay que estar atentos y no dejar que esta gentuza envenene nuestra alma.

Te mando un beso grande! Y te vuelvo a escribir pronto con las novedades!
Yasmin.